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Omega 3 en insuficiencia cardíaca

Los beneficios del suplemento de omega-3 en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca; una revisión sistemática de ensayos clínicos.

Los beneficios del suplemento de omega-3 en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca; una revisión sistemática de ensayos clínicos.

Introducción

Insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca (IC) se ha convertido en una pandemia mundial, con una prevalencia y una incidencia en rápido aumento. Según los datos de la Asociación Americana del Corazón, actualmente 8,1 millones de personas en Estados Unidos padecen esta condición. Para 2030, se prevé que la incidencia global de IC aumente en un 46 %, lo que la convierte en una preocupación importante para la salud mundial. La Organización Mundial de la Salud (2016) clasifica la IC como un importante contribuyente a la mortalidad en Europa, señalando la dieta, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la hipertensión arterial, los niveles elevados de colesterol, el exceso de peso, la obesidad y la diabetes como factores de riesgo principales. La IC es una consecuencia de diversas enfermedades cardiovasculares (ECV) y sigue estando vinculada a una reducida calidad de vida (CV), una mortalidad precoz y un uso considerable de recursos sanitarios. A pesar de los avances recientes en el tratamiento farmacológico e invasivo, la IC continúa siendo causa principal de mortalidad y hospitalizaciones repetidas.

Omega 3

Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI ω-3) han surgido como una categoría crucial de lípidos dietéticos que han demostrado propiedades protectores cardiovasculares en pacientes con IC. Los AGPI obtenidos de fuentes marinas (n-3 AGPI), específicamente el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), han mostrado eficacia en el manejo de la IC.

Existe una asociación entre los AGPI y la reducción de la fibrosis miocárdica, la remodelación ventricular izquierda y la disminución de la inflamación sistémica después de un infarto agudo de miocardio (IAM). Además, se han documentado descensos significativos en eventos tales como IAM no fatal, accidente cerebrovascular no fatal, muertes relacionadas con el sistema cardiovascular, procedimientos de revascularización coronaria y angina inestable. Los investigadores revelaron la efectividad de la suplementación con n-3 AGPI en la prevención de eventos cardiovasculares, como la IC y el IAM. Se han identificado importantes beneficios asociados con el uso de omega-3 en individuos con IC. La investigación ha demostrado que el omega-3 puede reducir la tasa de rehospitalizaciones. Algunos estudios también han encontrado que la suplementación con omega-3 puede reducir la mortalidad. Varias publicaciones confirman las propiedades antiinflamatorias del omega-3. Sin embargo, son necesarias investigaciones adicionales para llegar a una conclusión definitiva.

Fuentes de omega 3

Las principales fuentes de omega-3 son:

  • Aceite de pescado: El aceite de pescado es la fuente más concentrada de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que son los tipos más beneficiosos para la salud.

  • Algas marinas: Las algas marinas son una fuente vegetal de omega-3, especialmente de DHA. Algunas algas marinas se utilizan para producir suplementos.

  • Aceite de krill: El krill es un pequeño crustáceo que se encuentra en los océanos y es una fuente de omega-3, incluyendo EPA y DHA. El aceite de krill se utiliza en algunos suplementos.

  • Aceite de semillas de lino: Las semillas de lino contienen ácido alfa-linolénico (ALA), que es un tipo de omega-3. Sin embargo, el cuerpo humano tiene dificultades para convertir ALA en EPA y DHA, por lo que el aceite de semillas de lino no es una fuente tan eficiente de EPA y DHA como el aceite de pescado.

  • Aceite de chía: Las semillas de chía también contienen ALA, pero al igual que el aceite de semillas de lino, no son una fuente eficiente de EPA y DHA.

Es importante tener en cuenta que las cantidades y proporciones de omega-3 pueden variar en diferentes fuentes y productos. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos de omega-3 o hacer cambios significativos en la dieta.

Revisión sistemática

Un amplio estudio realizado hasta noviembre de 2022 buscó en varias bases de datos. Los estudios elegibles incluyeron ensayos clínicos en pacientes con IC. De las búsquedas de base de datos se obtuvieron 572 registros, quedando 19 estudios tras excluir duplicados y realizar el cribado. Estos estudios evalúan el impacto de los omega-3 en diversos resultados clínicos, como la mortalidad, la hospitalización, la función cardíaca y la CV. La suplementación con omega-3 demostró potencial beneficios, como una mejora de la función cardíaca, una reducción de la inflamación y una disminución del riesgo de eventos cardiovasculares.

Conclusión

El suplemento de omega-3 parece favorecer el tratamiento de la enfermedad cardíaca, posiblemente reduciendo la duración y la dosis de la terapia y mejorando los resultados. Empezar la suplementación de omega-3 para los pacientes con IC parece ser favorable. No obstante, se requieren más estudios a gran escala sobre la dosificación, la duración y los efectos secundarios antes de confirmar definitivamente la eficacia de los AGPI sobre los resultados de la IC.

Referencias

  1. Nomali M, Heidari ME, Ayati A, et al. Omega-3 supplementation and outcomes of heart failure: A systematic review of clinical trials. Medicine (Baltimore). 2024;103(3):e36804. Ir
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